Friday, March 23, 2012

Cual es el origen de la venerada figura de la mitología cristiana conocida como Madre de Dios o Virgen María?


             
  
¿Cual es el origen de la venerada figura de la mitología cristiana conocida como Madre de Dios o Virgen María? ¿Porqué tantas mujeres llamadas María rodean a Jesucristo en la historia narrada en los Evangelios? María su madre, María Magdalena, María de Betania, María Salomé, María la madre de Santiago y José, María de Cleofás, las tres Marías que le acompañan en la crucifixión o las que descubren la resurrección de Jesús, etc.

¿De donde procede el nombre de María? ¿Qué se oculta tras estos personajes? En realidad María significó, en su lejano origen etimológico, Señora o Dama (también tiene acepciones de excelsa o hermosa) y hacía alusión en su valor inicial a una antigua denominación de la Diosa de la Tierra, o Reina de la Naturaleza, o bien Reina del Cielo o incluso del Mar.

Es curioso que en el ancestral pueblo vasco ha permanecido todavía la memoria y el término de Mari para designar a la primitiva diosa pagana, numen principal de su mitología precristiana.

De la raiz consonántica MR (emparentada con la deidad Mari) procede en latín mare (mar), mater (madre) y materia. Y por supuesto María o Miriam.También la misma raiz MR da origen en latín a la palabra amor, atributo principal de toda diosa madre, siendo por tanto una misma raíz común. En realidad estamos hablando de una diosa primigenia generadora y creadora. Las distintas Marías de los textos evangélicos son una fragmentación de la Diosa que realizó el cristianismo, una diversificación de sus distintos aspectos o facetas que también habían efectuado otras culturas en sus mitologías. Cada María del Nuevo Testamento encarna un matiz de la Diosa Madre transformada y humanizada por la mentalidad cristiana.

                                
  Así la figura sagrada o santificada de María, pluralizada en distintos personajes, manifiesta en forma oculta a las diosas paganas Astarté, Isis o Hathor ... entre otras, según los diferentes pasajes evangélicos: diosa engendradora, la que acompaña al dios que muere, la que lo resucita o está presente en ese acto, la que lo ama como su pareja consorte o diosa del amor, etc.

Pero es la Virgen María la que asumirá más títulos o funciones de la Diosa Madre pagana. De esta manera la Virgen es denominada: madre de dios, reina del cielo, estrella matutina, estrella de los mares (conductora de navegantes), etc

Aunque los cristianos casi siempre intentaron velar u ocultar el origen de deidad pagana de la Virgen o Madre de Dios y de las otra Marías, algunos maestros del arte recogieron y reflejaron muchos de sus atributos precristianos. El mismo concepto de Virgen, común a muchas diosas, implica potencia creadora inagotable que tiene su raíz en sí misma, en vez del valor que posteriormente se le dió a virginidad como carencia de sexualidad.



                                            

Como iniciadora e iluminadora la Virgen lleva el manto rojo de las diosas paganas con esa función. 



  


Los artistas cristianos cambiaron los colores, llegando incluso a los tonos rosas y azules pasteles. Pero maestros como Martin Schongauer recuperan el manto rojo o escarlata para manifestar el color de las sacerdotisas paganas luciferianas. En la obra La virgen de las rosas, el maestro alemán viste a María con el manto rojo que le corresponde como genuina diosa pagana, disimulada tan sólo por la forzada visión cristiana. E incluso la presencia del infante divino la asemeja a las ancestrales deidades paganas o precristianas, ya que las antiguas diosas Isis o Astarté aparecen también representadas muchas veces con un niño en sus brazos. En este bello cuadro la Virgen madre, ubicada en un hermoso jardín de místicas rosas, es coronada por dos ángeles que representan quizá el principio polar. Cuando la diosa, en otros paradigmas míticos, la simboliza una serpiente serán entonces dos serpientes a los lados (de nuevo la bipolaridad) las que la ensalzen o coronen.


(~_ o=(_)̅m__̅_̅_̅_̅_̅_̅(_) * .*•.

                            



El niño entre sus brazos, niño Jesús en el caso de los cristianos, es en realidad el Ser que como un tierno infante ha de nacer en el interior de cada ser humano, ya que simboliza el núcleo profundo de nuestra verdadera identidad traspersonal. La Virgen Lucifera es la que lo hace nacer, la que ilumina (alumbra) su nacimiento, es decir lo conduce en su gestación hasta la realidad de la conciencia humana. El niño es nuestra esencia divina interior (una potencia o posibilidad germinal) y la Virgen Madre con su manto rojo es María Lucifera, la faceta materno-gestante del principio o potencia luciferiana, una parte divina de la psique humana trascendente y universal. Y no por nada es que el maestro Schongauer representa a la Virgen en medio de un jardín de rosas rojas, pues precisamente la rosa roja es la flor de la pagana diosa Afrodita (mito de Venus/Afrodita y Adonis). E igualmente la rosa fue la flor de las predecesoras y aún más antiguas diosas del amor: Astarté, Ishtar, Inanna, etc. (Salvo Tanit cuyo atributo floral era la fruta del granado, de color rojo y con un jugo de la tonalidad de la sangre y que da nombre al color granate). Asímismo todas estas diosas serán representadas también por el lucero del alba o del atardecer (según indiquen guerra o amor).


                  

La rosa fue siempre la metáfora de la diosa pagana del amor y el color rojo simboliza su sangre divina, su sangre regeneradora y creadora. Por ello Afrodita en la mitología griega se pincha con una espina y su sangre derramada coloreará de intenso carmesí a las rosas para siempre. E igualmente ocurre que este rojo de pasión y amor debe ser el color de las rosas cuando se regalan a quien se ama, pues representa a la antigua diosa del amor y esto aún se recuerda.

                     

La sangre de la diosa aparecerá luego también en la mitología del santo grial. La copa sagrada en realidad porta la sangre de la antigua diosa del amor o diosa roja, aunque los cristianos cambiaron el simbolismo para adaptarlo a la sangre del sacrificio de su dios, pero en realidad la sangre grialiana perteneció siempre a la diosa. Y por ello se sustituye indistintamente el símbolo por una copa o una rosa. Y más aún otras veces una serpiente con una rosa o una copa con una serpiente. En todos los casos se quiere indicar la presencia de la diosa, que mora en las profundidad del inconsciente colectivo humano, a pesar de que muchos en la historia han pretendido mantenerla alli desterrada por siempre.
  (~_ o=(_)̅m__̅_̅_̅_̅_̅_̅(_) * .*•.

                 


En este otro cuadro de Schongauer, vemos de nuevo a María, Madre del Niño dios, vestida de rojo e instruyéndole en el inusual acto (para la óptica patriarcal cristiana) de leerle un libro, es decir comenzar a transmitirle sabiduría, un privilegio que en aquella época correspondía sólo a los hombres. Así María asume aquí el extraño rol, para el prisma del cristianismo, de primera maestra o educadora instructora de Jesús, es decir de iluminadora/iniciadora o virgen luciferina del principio divino oculto en la naturaleza humana. Esto se repetirá en el ciclo del Grial donde la presencia de la mujer (como maga, bruja, sacerdotisa, druidesa, instructora, guía ...) será indispensable para que el heroe halle el camino correcto.
  (~_ o=(_)̅m__̅_̅_̅_̅_̅_̅(_) * .*•.

                      


Asimismo podemos asociar la génesis de la Virgen María cristiana con otra antigua deidad que existió en muchos lugares del Mediterraneo occidental. Se trata de la diosa Maia, que fue venerada durante el Imperio romano con el nombre también de Bona Dea, pero cuyo origen es mucho más antiguo y que de alguna forma ha perdurado en algunos rincones de la península Ibérica hasta nuestros días. Bona Dea (Maia) era una diosa asociada a la fertillidad y la sanación, e igualmente se la veneraba como diosa de la primavera o de la naturaleza, recibiendo entonces el apelativo de Fauna. Se cree que el nombre del mes de mayo procede de esta deidad, ya que le estaba consagrado al igual que después los cristianos se lo consagraron a la Virgen María (mes de las flores, mes de la diosa primavera Maia).

La referencia más remota de las fiestas del mes de mayo, fiestas mayumeas donde se exaltaba a la primavera y se adoraba a la Tierra, la encontramos en los fenicios, que la debieron extender en su expansión por el Mediterraneo, adoptándo después esta tradición otros pueblos como los celtas (beltane), griegos y romanos.


                

Pero si observamos a la otra María más famosa de los Evangelios, María Magdalena, también la podemos encontrar encarnando principios o facetas de diosas paganas. Por ejemplo la diosa salvaje o de la naturaleza, una diosa que en cierta forma permanecerá pura o virginal a pesar de que durante la Era cristiana o de las religiones monoteistas los seres humanos la repudiaron y olvdidaron.


  (~_ o=(_)̅m__̅_̅_̅_̅_̅_̅(_) * .*•.

                     


En los mitos medievales aparecerán seres fantásticos como el unicornio, que nos retrotraen a una concepción mística y mágica del mundo natural, del paraíso perdido que la conciencia humana, atrapada en otros valores y visiones de la vida y su sentido, perdió e inconscientemente anhela. En este cuadro vemos a una doncella con larga cabellera y los pechos desnudos junto a un frágil y delicado unicornio. Se trata de una dama de la naturaleza, reminiscencia de las antiguas diosas y hadas paganas.


  (~_ o=(_)̅m__̅_̅_̅_̅_̅_̅(_) * .*•.


               


Igualmente en esta representación de María Magdalena, portando largo cabello rizado y rojizo y mostrando los pechos, el artista refleja en ella a la Dama de la Naturaleza, la antigua diosa ahora encarnada en el personaje mitológico evangélico más iconoclasta. Rodeada de ángeles María Magdalena es una fusión medieval entre viejos mitos paganos y los nuevos mitos cristianos.

  (~_ o=(_)̅m__̅_̅_̅_̅_̅_̅(_) * .*•.


             



En este icono vemos a María Magdalena como diosa Maia, portando el huevo de la primavera, símbolo de la fertilidad, y cubierta con el manto rojo. Huevo que varios milenios antes ya portó Ishtar, también como diosa de la primavera y la regeneración.

  (~_ o=(_)̅m__̅_̅_̅_̅_̅_̅(_) * .*•.

            




En este bello cuadro de Leonardo Da Vinci (que antes fue atribuido a un discípulo y ahora cada vez más expertos piensan que es una obra del maestro) podemos contemplar de nuevo a María Magdalena con manto rojo, exhibiendose casi desnuda en pose de una diosa del amor, pero ahora bajo el prisma o disfraz de la religión cristiana dominante. A Leonardo le gustaba realizar estos guiños o camuflajes en sus creaciones.


  (~_ o=(_)̅m__̅_̅_̅_̅_̅_̅(_) * .*•.

                     



Si observamos este otro icono apreciamos a la Virgen María sobre un trono en forma de cáliz y al mismo tiempo fuente de la que mana un agua seguramente sanadora y fertillizadora. Esta imagen sincrética reune una serie de símbolos de la diosa que se reproducirán a lo largo de las épocas y lugares del orbe cristiano medieval. Las fuentes consagradas antes a las diosas y ninfas ahora serán lugares de apariciones marianas. La diosa Naturaleza, tanto en su versión diosa de la primavera como de la fertilidad, será ahora la Virgen cristiana. Los niños dioses paganos se convertirán en el niño Jesús. La sangre de la diosa ahora permanecerá reflejada en su manto, cuando así lo quieran manifestar en el arte. La copa o grial de la regeneración se transformará en el cáliz cristiano.


 (~_ o=(_)̅m__̅_̅_̅_̅_̅_̅(_) * .*•.

En todos estos casos María encarna de nuevo a la antigua y eterna diosa bajo las formas cristianas. El vestido rojo unas veces o la desnudez otras la delatan. Diosa Madre o Diosa del Amor, pero siempre diosa iluminadora, iniciadora, regeneradora ... diosa, maestra.



Kababelan Blog III
   

Thursday, March 22, 2012

EMPATÍA

  
   
Un sabio proverbio dice que es imposible comprender a nadie sin ponerse en su lugar. Pero no es fácil dejar a un lado los propios miedos, creencias y necesidades, por no mencionar ver el mundo a través de la experiencia de otra persona.
Poder hacerlo es una forma de rendición, de desprenderse del propio yo, y, al mismo tiempo, un gesto de lo más valioso; sin esta capacidad, las familias, las tribus y las naciones se volverían las unas contra las otras. Hablo de la llamada empatía.
La empatía nos protege de los efectos corrosivos de la crítica y el desprecio. Es el antídoto de la ira, la fuerza vinculante de las amistades y los matrimonios. Con unos pocos minutos diarios de meditación, la capacidad de empatía se puede fortalecer dentro de uno mismo.
Cuando la ira y las críticas se desvanecen, hay más espacio en el corazón para la empatía e incluso para la compasión.



La empatía es una destreza básica de la comunicación interpersonal, ella permite un entendimiento sólido entre dos personas, en consecuencia, la empatía es fundamental para comprender en profundidad el mensaje del otro y así establecer un dialogo. Esta habilidad de inferir los pensamientos y sentimientos de otros, genera sentimientos de simpatía, comprensión y ternura.

Uno de los elementos clave que forma la inteligencia emocional, es la empatía, la cual pertenece al dominio interpersonal. La empatía es el rasgo característico de las relaciones  interpersonales exitosas.

Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de empatía? La empatía no es otra cosa que “la habilidad para estar conscientes de, reconocer, comprender y apreciar los sentimientos de los demás". En otras palabras, el ser empáticos es el ser capaces de “leer” emocionalmente a las personas.

Es sin duda una habilidad que, empleada con acierto, facilita el desenvolvimiento y progreso de todo tipo de relación entre dos o más personas. Así como la autoconciencia emocional es un elemento importantísimo en la potenciación de las habilidades intrapersonales de la inteligencia emocional, la empatía viene a ser algo así como nuestra conciencia social, pues a través de ella se pueden apreciar los sentimientos y necesidades de los demás, dando pie a la calidez emocional, el compromiso, el afecto y la sensibilidad.

Si por un lado, un déficit en nuestra capacidad de autoconciencia emocional nos lleva a ser vistos como analfabetos emocionales (ignorantes del reconocimiento de las propias emociones), una insuficiencia en nuestra habilidad empática es el resultado de una sordera emocional, pues a partir de ello, no tardan en evidenciarse fallas en nuestra capacidad para interpretar adecuadamente las necesidades de los demás, aquéllas que subyacen a los sentimientos expresos de las personas.

Por ello la empatía es algo así como nuestro radar social, el cual nos permite navegar con acierto en el propio mar de nuestras relaciones. Si no le prestamos atención, con seguridad equivocaremos en rumbo y difícilmente arribaremos a buen puerto. Revisemos ahora con detenimiento en qué nos es útil.

No es raro que se crea comprender al otro sólo en base a lo que notamos superficialmente. Pero lo peor puede venir al confrontar su posición con la nuestra y no “ver” más allá de nuestra propia perspectiva y de lo aparentemente “evidente”.

Debemos saber que nuestras relaciones se basan no sólo en contenidos manifiestos verbalmente, sino que existen muchísimos otros mecanismos llenos de significados, que siempre están ahí y de los que no siempre sabemos sacar partido. La postura, el tono o intensidad de voz, la mirada, un gesto e incluso el silencio mismo, todos son portadores de gran información, que siempre está a nuestra disposición, para ser descodificada y darle la interpretación apropiada. De hecho, no podemos leer las mentes, pero sí existen muchas sutiles señales, a veces “invisibles” en apariencia, las cuales debemos aprender a “leer”.

Un individuo empático puede ser descrito como una persona habilidosa en leer las situaciones mientras tienen lugar, ajustándose a las mismas conforme éstas lo requieran; al saber que una situación no es estática, sacan provecho de la retroalimentación, toda vez que saben que el ignorar las distintas señales que reciben puede ser perjudicial en su relación. Es también alguien que cuenta con una buena capacidad de escucha, diestra en leer “pistas” no verbales; sabe cuando hablar y cuando no, todo lo cual le facilita el camino para regularde manera constructiva las emociones de los demás , beneficiando así sus relaciones interpersonales.

El proceder con empatía no significa estar de acuerdo con el otro. No implica dejar de lado las propias convicciones y asumir como propias la del otro. Es más, se puede estar en completo desacuerdo con alguien, sin por ello dejar de ser empáticos y respetar su posición, aceptando como legítimas sus propias motivaciones.
A través de la lectura de las necesidades de los demás, podemos reajustar nuestro actuar y siempre que procedamos con sincero interés ello repercutirá en beneficio de nuestras relaciones personales. Pero ello es algo a lo que debemos estar atentos en todo momento, pues lo que funciona con una persona no funciona necesariamente con otra, o es más, lo que en un momento funciona con una persona puede no servir en otro con la misma.


Mahatma Gandhi sostenía lo siguiente “las tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo terminarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus  adversarios y entendieran su punto de vista”; en coherencia con ello, él decidió no proceder con violencia en su propósito por lograr la independencia de su país, y contra todo pronóstico la “resistencia pacífica” que propulsó fue el arma decisiva en la consecución de la ansiada liberación de su patria, la India.

Ciertamente no tenemos que ser como Gandhi para darnos cuenta que existen sutiles “armas” que podemos usar en beneficio propio y de los demás, que no son para destruir sino para hacer florecer relaciones provechosas en aras de nuestro crecimiento como seres humanos. Finalmente, no es exagerado sostener que las bases de la moralidad (que siempre es la interior) deben hallarse en la empatía, en la cual a su vez (al ser llevada con integridad) está la raíz del altruismo.

Las Sacerdotisas de la Diosa. Las Guardianas del Grial


            Archivo:Michele Tosini María Magdalena Mfa Houston.jpg
María Magdalena es el nombre con el que ha pasado a la historia la sacerdotisa y guardiana del grial que ungió al iniciado llamado Jesucristo, sobre el que luego se fundó una gran religión patriarcal que tergiversó el mensaje original



La Gran Sacerdotisa fue desprestigiada calificándola de vulgar prostituta. Se la degradó hasta convertirla en una simple ramera, pecadora arrepentida discípula del Maestro. En realidad Ella fue la encomendada por el Círculo Grialiano para elegir a un nuevo Iniciado.
 
Aunque las verdaderas enseñanzas de Jesús fueron perseguidas y manipuladas inmediatamente tras su muerte, el mensaje profundo subyace a pesar de los sacerdotes espúreos que se proclaman sus sucesores y predican en su nombre.

El verdadero y primigenio mensaje de Cristo no hablaba de un Dios Padre Supremo sino de la Divinidad Integral: La Gran Diosa y su Compañero-Esposo. Imposible reconocer el genuino mensaje después de veinte siglos de manipulación.

                      
Magdalena y Jesús se iniciaron en Egipto y predicaron después en Palestina.

Tras la muerte de Juan el Bautista (a la izquierda del retablo) la sacerdotisa Myriam, de apodo la Magdalena, designó a Jesús como el nuevo Elegido, y así lo ritualizó, escenificó y manifestó mediante la unción con el más sagrado óleo, según la tradición de la época y la antigua cultura. Ella fue siempre la portadora del vaso de alabastro, que le otorgaba el poder de designar al Mesías, al Señor, al Rey Iniciado, al Esposo.

Ella reeditó y encarnó a la Dama Oscura del Cantar de los Cantares, la sagrada sacerdotisa que el poema denomina hermana y esposa.

 
Como alta sacerdotisa conferida del poder de la iniciación la Magdalena es tradicionalmente representada en la iconografía del arte sacro vestida con una túnica o un manto rojo, símbolo de la diosa como iniciadora. Muchos artistas a lo largo de la historia han trasmitido la enseñanza en clave, a pesar de que la jerarquía sacerdotal patriarcalista pretendiera manipular y usurpar la verdadera enseñanza original de la pareja iniciática.

 
En estas imágenes seleccionadas Myriam la Magdalena no aparece como arrepentida pecadora sino como alta sacerdotisa sagrada dotada de todo su poder religioso. Ella fue guardiana del grial y encarnación humana del arquetipo de la Diosa.

Tanto Jesús como Magdalena vivieron en Egipto y fueron reconocidos como iniciados por las escuelas de misterio tanto de Oriente Próximo como del antiguo país del Nilo. Las propias escrituras cristianas canónicas y apócrifas mencionan que la supuesta familia de Jesús viajó a Egipto en varias ocasiones.

                                                        

A María Magdalena también se la conoció como la egipcia o sacerdotisa negra, aunque el arte sacro casi siempre la representó con el cabello rojizo, quizá para remarcar el color iniciático de la diosa.

A las Sacerdotisas de la Diosa también se las conoció como Hijas de la Luna, aunque este símbolo se apartó de María Magdalena y se le atribuyó a la madre humana de Jesús, a la que se le confirieron posteriormente algunas cualidades divinas en un intento de disminuir a la auténtica Sacerdotisa, a la que la Iglesia cristiana patriarcal siempre temió.

 
Aquí Magdalena aparece representada con el huevo cósmico, el germen de la creación, otro de los símbolos de la Diosa. (La imagen es una variante francesa de un icono oriental)

 
De nuevo en este cuadro renacentista Magdalena aparece pintada como una gran señora, conferida del más alta rango, una Madonna.

 
Y aquí como desnuda pecadora, tan sólo reconocible por su larga y rojiza melena. Aunque una sacerdotisa sagrada no tendría por qué ocultar su cuerpo como generador de pecado, ya que para la diosa el cuerpo es santo y es templo de amor e iniciación.

 
En esta escena bucólica Magdalena ha sido representada con un manto verdinegro, leyendo alguna escritura sagrada (el libro de los secretos) y junto al famoso vaso de alabastro, que tan sólo puede portar la alta sacerdotisa.

Myriam es la guardiana de la tradición sagrada, la guardiana del grial, la representante del genuino culto de la diosa, milenariamente más antigua que cualquier religión patriarcal.

Junto al vaso del óleo o perfume sacro, que porta María de Betania, otro de los nombres de la Magdalena.

 
Versión griega o bizantina antigua

 
versión romántica occidental más moderna

 

Aquí quizá es representada junto al sepulcro del iniciado que ha resucitado, tal como marca el canon iniciático tradicional de los ritos de la antiquísima religión y que el cristianismo únicamente se apropia.

 
En esta versión Magdalena ya aparece despidiendo a Jesús y enmarcada con el halo de la santidad, o mejor dicho de su alto grado espiritual.

 
Esta representación de María Magdalena recoge la tradición francesa de que después de su llegada a Europa marchó a un macizo montañoso donde finalizó sus días como ermitaña. De ahí su desnudez y sus cabellos extremadamente largos. Tras su muerte los ángeles la llevan inmediatamente al Cielo.

 
Los artistas insisten en el símbolo del vaso de alabastro, portador del perfume de nardos o del aceite sagrado con el que se unge al Elegido, el Cristo en griego, el Mesías en arameo.

 
Parece como si los pintores se copiaran unos a otros durante veinte siglos, para que a pesar de la discriminación hacia Myriam- Magdalena no se olvide que ella fue quien ungió al Señor, al Cristo.

 
Con una iconografía moderna podríamos representar así a una sacerdotisa de la Diosa. A partir de ahora las imágenes de esta página evocarán a las sacerdotisas sagradas con imágenes ajenas a la figura de Magdalena en el arte. Aunque por nuestra tradición cristiana hemos perdido el contacto y el conocimiento con las guardianas de la Tradición Bipolar y de la Tradición Femenina de los Arquetipos Divinos siempre podemos recrearlas a través de la aproximación de la imaginación de los diversos artistas, cada uno con su matiz místico o sensual distinto.

 
Por ejemplo la sensual fantasía de Luis Royo crea este dibujo donde se sugiere a la sacerdotisa mediante el frasco de perfume, similar al que porta Magdalena en el arte sacro

 
En esta otra imagen el símbolo de la sacerdotisa y el renacimiento es representado por la resurrecta ave fénix. Para muchos el Grial, la Piedra Filosofal y el Ave Fénix están entrelazados bajo un mismo misterio. Y en todos esos casos no puede faltar la alquimia que aportan las sacerdotisas de la diosa. No habría resurrección de Cristo sin María Magdalena, ni de Osiris sin su hermana-esposa Isis. Ni hay revelación grialiana ni grial sin sus portadoras, magas y sacerdotisas. Como decían los alquimistas: no hay alquimia sin lo femenino, ni misterio sin la mujer. Y Jesucristo también dijo en un Apócrifo que no hay mayor misterio que el de los Esposos. Se refería por supuesto a la religión bipolar de la diosa, que luego los patriarcalistas persiguieron.

 
Bella escenificación simbólica de una sacerdotisa grialiana: la barca sagrada que conduce mágicamente a Avalón, el manto rojo de la iniciadora, la túnica morada que designa su alto rango espiritual, la luna representando a la diosa, las palomas que igualmente representan a la Diosa o sus guardianas, la barca que tiene cabeza y cola de dragón, el lago que prefigura el viaje del alma a través del subconsciente para acceder a la realidad del Otro Mundo, y hasta en las aguas del río podríamos tal vez descubrir al salmón del conocimiento. Un cuadro muy completo.



 
Otra barca, dirigida en este caso por la diosa Isis (en primer lugar presidiendo el grupo con su famosa corona sobre la cabeza) guiando a los demás dioses.

 
Otra diosa o su sacerdotisa. Esta vez se trata de Tanit, uno de los nombres más famosos que recibió la diosa en las riberas del occidente del Mediterráneo y las tierras beréberes del Magreb

 
Una sacerdotisa con la lechuza de la sabiduría, el dragón rojo que confiere el poder de la iniciación y el rosetón que también representa a la diosa y que preside las puertas del Templo.

 

La desnudez de la sacerdotisa ante su diosa la Luna, símbolo de la Gran Madre.

 
La belleza de la luna y su poder sobre las aguas y la vida en la Tierra hizo que casi todos los pueblos la identificaran con la Diosa.



 
Y hay una extraña relación de los lobos con la luna y por tanto con la Diosa o sus sacerdotisas.

 
Lobos y brujas fueron denostados y perseguidos como seres diabólicos. En realidad la causa fue la relación de este animal totémico con la Diosa. También la mujer ha sido denostada, humillada o sometida durante miles de años, y así continúa siendo aún en algunas sociedades.


Lobo, luna y mujer: una combinación peligrosa según los patriarcalistas. Por algo a las mujeres que no se sometían a los dictados del hombre se las llamaba lobas durante la Edad Media. Loba, bruja y prostituta: tres apelativos que sufrieron las seguidoras de la Diosa durante muchos siglos de persecución y opresión. Por algo no es de extrañar que María Magdalena fuera identificada también con una prostituta, es lo máximo que podían atribuirle debido a su incontestable cercanía a Cristo y la preferencia de éste hacia ella, tanto en los Apócrifos como en los Canónicos. ¿Acaso no se presentó resurrecto ante ella en primer lugar, antes que a los Apóstoles o a su propia madre carnal?

Esta podría ser Diana, la Cazadora, otro de los antiguos símbolos y nombre de la Diosa. Sus nombres fueron incontables, dependiendo de cada tiempo y cultura, o de la faceta arquetípica de ella que se quisiera remarcar. Como diosa con forma humana, o simbolizada por un animal totémico, el principio generador de la realidad del mundo fue considerado en la más remota antigüedad como una fuerza cósmica femenina que penetra la vida toda.

 
Akahastur, un artista 3D, ve así a una sacerdotisa de la luna

Y esta Página podría continuar eternamente y no tener fin.

Por último no dejes de contemplar este bello cuadro grialiano: un ángel femenino portador de la plenitud. Es tal vez otra representación de la realidad transcendente que las antiguas religiones denominaban la Gran Madre del Cosmos o simplemente la Diosa.


Esta Web es una presentación de otra mayor titulada El Círculo de las Guardianas del Grial.
Autor: Kababelan
 


Espero que les hayan gustado las pinturas y dibujos. Creo que son evocadoras y sugieren aspectos intuitivos a los que no llegan las palabras. Sé que estas imágenes están pirateadas pero yo lo llamo compartir cultura sin ánimo alguno de lucro.

 Por KABABELAN