Estas imágenes pueden impresionar a espíritus sensibles, y aunque parezcan producto de una producción cinematográfica de dudoso gusto son un registro documental de un hecho que, si bien no es cotidiano, puede pasar en cualquier momento allí donde haya un puerto y hombres trabajando con ballenas muertas. En Islas Feroe, de donde proviene el video, un pequeño archipiélago del Atlántico Norte perteneciente al Reino de Dinamarca, todos los años se realiza una tradicional caza de ballenas, en la que se capturan unos 900 ejemplares de la especie conocida como ballena piloto, o delfines calderones. Más allá de que se trata de una tradición de más de 1200 años, la caza de ballenas constituye una de las principales actividades económicas del país dado que su geografía no es la mejor para la agricultura ni para la cría de animales. En este contexto sucedió lo que podemos ver: uno de los tantos jóvenes feroenses abocados a este rito tradicional, se enfrenta al cadáver de una ballena recién capturada, de enormes dimensiones. Su primer paso, atravesar la piel del animal con su herramienta de trabajo, resulta un paso en falso: perfora accidentalmente una reserva de gases acumulados en el interior del cachalote, lo que de lugar a una notable explosión que hace saltar sus vísceras por los aires, en pleno rostro del cazador.
FUENTE: El Mundo
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