Todos tenemos una familia, nacemos en un núcleo
que previamente elegimos,
pero no somos conscientes del “premio”
hasta que es demasiado tarde.
Unos tienen la suerte de encontrar en ella su apoyo
y su guía y otros tienen en
ellos a su peor enemigo.
Si tienes la fortuna de tener una familia idílica
es probable que no te sientas identificado,
o no logres a discernir lo que es una familia toxica.
Quien mas, quien menos ha
chocado frontalmente
con algún miembro de su núcleo familiar,
también es mas común de lo que parece,
tener varios frentes abiertos con cada uno de los miembros
que forman tu familia.
Esos seres con los que te une un nudo férreo,
a los que estas unido por el lazo irrompible de la sangre,
pueden hacer de tu casa un autentico Pandemónium,
un infierno comprimido y asfixiante en el que ninguna
penitencia parece aliviar su fuego.
A poco que seas una persona abierta de mente,
puedes llegar a pensar que arrastras una gran cantidad
de karma y esa relación hiriente que mantienes
con tus seres queridos, es una forma de purgar
todo ese saldo karmico que llevas a tus espaldas
de otras encarnaciones, incluso puede que pienses
que te lo mereces de algún modo, el chantaje emocional,
la indiferencia y el desapego que te proyectan
pueden llegar a hacerte pensar que eres tu el culpable
y que aquello que te sucede realmente lo mereces,
sufres porque eres el malo y tu entorno te lo recuerda a cada minuto.
Lo normal en muchas familias,
es que cuando hay un miembro que se muestra capaz,
independiente y resuelto con el entorno,
un ser que agarra con fuerza su timón y se guía
por la vida allí donde se propone, termine
levantando las iras y las envidias más feroces de sus progenitores. Un
polluelo
que no necesita lecciones
para emprender el vuelo,
es un desagradecido y merece su rechazo más absoluto.
Por regla general, los progenitores no reciben con agrado
que un hijo pueda aleccionar y dar ejemplo, ellos o no supieron
o no tuvieron el valor de enfocar sus vidas de la manera
que idearon y desprecian irracionalmente a su vástago por lograr lo
que ellos
no se atrevieron emprender.
Utiliza esa situación angustiosa que mastica
tu familia en tu provecho, quizás es la manera que proyectaste,
para que te vieras obligado a emprender tu camino en solitario.
Una familia opresora y castrante es el impulso que necesitas
para salir y encontrarte a ti mismo,
Encontraras indiferencia y rechazo,
ese será el ultimo empujón que necesitabas.
Tomar un rumbo distinto al que te ofrece hasta ese momento la vida,
en
esa especie de bucle sin salida,
sin progresos, sin metas, para desarrollarte como persona,
encontrar tus verdaderos dones,
desarrollarlos y perfeccionarlos. Convertirte por ti mismo,
en un ser completamente nuevo con un bagaje amplio
y unas experiencias que te hagan crecer y evolucionar.
Quedarte anquilosado en ese núcleo que crees el mejor
por que esa institución familiar dicta que la tradición
y el orgullo es lo que la identifica, lo que la define y la
diferencia.
Que la sangre debe permanecer unida y ser una roca,
pero en tu interior no te identificas con nada de esto.
Salir y enfrentarte al mundo solo, es la vía no solo de escape,
si no que te permita saber quien eres y de lo que eres capaz,
esto solo se aprende con la experiencia y en solitario.
Si no yerras una y otra vez, nunca aprenderás
y este paso por la vida será como un cero a la izquierda,
en tu casillero de experiencias.

Con el paso del tiempo y una vez madurada
y reposada tu vida en el conocimiento
y la experiencia de vivir en consecuencia con tus propias
decisiones, puede que el regreso a casa sea distinto,
la vida te ha dado las herramientas para lidiar
con esas personas cerradas, y puedas emprender de nuevo
esa relación, construyéndola con otros lazos distintos.
cambiado y bendecirás el
momento que decidiste
partir y encontrar tu lugar en el mundo.

No debemos obligarnos a permanecer
al lado de aquel que nos hace daño,
no debemos caer en falsos chantajes,
amor con prebendas y sentimientos de posesión.
Nadie por mucha sangre que lleves de ella en tus venas,
tiene mas autoridad sobre ti que tú,
y por supuesto nadie te conoce mejor que tu mismo.
Tu intuición, tu criterio y tu sentido común deben
ser la brújula que te marque la dirección correcta.
No hay que tener miedo al error,
ya que gracias a el te convertirás en mejor persona,
forjaras carácter y
enriquecerás tu personalidad.
Permanecer encarcelado en una relación toxica
solo por el lazo que te une a ellos, impedirá
que despliegues las alas de tu autoconocimiento
y vueles hacia horizontes donde la sabiduría
y la experiencia te esperan con los brazos abiertos.
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