Saturday, September 3, 2011

La Música y las Bellas Artes en la Antigüedad.



La Música y las Bellas Artes en la Antigüedad

Image result for La Música y las Bellas Artes en la Antigüedad.
De todos es conocido que la Música es en sí misma una de las Bellas Artes, y en mi opinión puede considerarse consustancial al espíritu humano, la frase típica y tópica de que la música calma a las fieras parece indicar además que, en cierta medida, también es apreciada por los animales; así pues probablemente desde los primeros tiempos de la humanidad, de una manera u otra, la música debió estar presente en la vida del hombre y acompañarle en su evolución.
En qué momento de este largo camino, el hombre, adquirió la capacidad de advertir el sentido armónico de los sonidos no lo conocemos con exactitud, pero podemos deducir que su innato sentido del ritmo debió permitirle captarlo tempranamente en cosas tan cercanas a él como el sonido que producen los elementos de la naturaleza: el agua del mar o de los ríos: al saltar, chocar, caer o discurrir; el viento al soplar en los campos abiertos o entre los árboles del bosque, al discurrir entre las rocas; ejemplos, sin duda, de efectos armónicos destacables. Son pocas las muestras que han llegado hasta nosotros de estos primeros sonidos musicales.
La música como dice Zielinski: es un arte que se ejerce en el tiempo, a diferencia del resto de las artes que se ejercen en el espacio; por tanto, mientras las distintas culturas no crearon lenguajes musicales propios con los que transcribirla y concretarla, fue un arte inmaterial y disfrutable únicamente en el momento de producirse. Debemos pensar que cuando nuestros antepasados se plantearon reproducir los sonidos por sí mismos su búsqueda comenzaría por los objetos más próximos según el medio natural de cada cultura; probarían entre los que les parecieran más apropiados para ello; pero no dejarían de ser los objetos comunes que les eran propios; de entre ellos debieron salir, por tanto, los primeros instrumentos musicales, objetos apenas modificados por el hombre que más bien aprovechaba sus condiciones naturales como las de las conchas, caracolas, cañas, frutos huecos, cuernos de animales; objetos que o bien no se han conservado o que hallados en los yacimientos arqueológicos son difícilmente relacionables con la música.


Image result for La Música y las Bellas Artes en la Antigüedad.

 Los investigadores, en general, centrados en cuestiones más técnicas como: datar, medir, clasificar, cuantificar, etc. los objetos hallados en el yacimiento interpretan su estructura y contenido relacionándolo más con las necesidades materiales del hombre prehistórico, olvidando a veces sus necesidades espirituales, mucho menos concretas y cuantificables.
( Fig. 1. Venus de Lausell)
Curiosamente uno de los primeros ejemplos de lo que pudiera ser un instrumento musical está en manos de una mujer: la Venus de Laussel o Dama de la cuerna, relieve hallado en uno de los abrigos que conforman la estación arqueológica de Laussel, en las proximidades de Sireuil en la Dordoña francesa; el yacimiento fue excavado entre 1908-14 por Gaston Lalanne; apareciendo en el Gran Abrigo, llamado así por su extraordinaria importancia, ya que en él aparecieron varias figuras esculpidas en la roca: tres femeninas y una masculina, interpretado como un cazador; entre las femeninas destaca la ya citada y denominada así por el objeto que, al parecer, mantiene en una de sus manos; las otras dos, peor conservadas y de menor calidad técnica, sostienen también un objeto, de más difícil identificación, en una de sus manos. (Fig.1) Existen varias interpretaciones sobre el porqué de este tipo de estatuillas y las razones que llevaron a su creación por lo que esto que decimos es una posibilidad más, fundamentada sobre todo en una de las hipótesis que justifica su existencia como representaciones de sacerdotisas, teoría que centrándose en las mujeres de Laussel, presentadas en un espacio propicio al sentido mágico religioso de un acto colectivo, en el que las mujeres chamanes estarían propiciando una buena cacería al hombre representado junto a ellas, contexto en el que puede muy bien enmarcarse la emisión de sonidos.
(Fig. 2. Arpa Reina Suba. Ur.
2500 a. d.c ) ( Fig. 3. Arpista. Egipto XVIII Dinastia.)




En épocas ya históricas y centrándonos en testimonios mucho más concretos encontramos algunos de los instrumentos musicales que el hombre fue creando en las distintas culturas. Las excavaciones de las tumbas reales de Ur, realizadas durante el invierno de 1927 por investigadores británicos y estadounidenses, dieron frutos inesperados en este tema y si bien, en su morfología exterior no destacaban por su monumentalidad ni singular arquitectura, sí fueron esenciales para comprobar las similitudes entre sistemas de enterramiento entre culturas, más o menos, contemporáneas, como la egipcia; el estudio de los objetos personales o ajuares de los difuntos enterrados en ellas desvelaron algunas de sus costumbres y aficiones.
La tumba de la reina Subal, tal como se la denomina en diversas inscripciones, contenía varios instrumentos musicales entre los que destacan cinco arpas que, pese a encontrarse bastante deterioradas, todavía permitían apreciar la riqueza y esplendor de la corte en la que debieron ser tocadas. Entre los 68 esqueletos de hombres y mujeres, servidores de la reina que la acompañaron en tan largo viaje, destacaba uno de ellos perteneciente a una mujer sobre cuyo pecho descansaba una de las arpas; ésta posición ha hecho suponer debía tratarse de la arpista real que debió morir entonando alguna de las canciones que más gustaban a su soberana y de cuya compañía no quiso separase ni en su viaje hacia la eternidad.
Las arpas, denominadas también liras de caja, fueron restauradas por los conservadores del Museo Británico quienes les devolvieron todo su esplendor permitiéndonos apreciar todo el arte de sus creadores. Una de ellas conserva un frente decorado en oro con incrustaciones de mosaico y lapislázuli representando imágenes populares sumerias; como la historia de Gilgames y algunos de los ritos sagrados en las que eran utilizadas. (Fig.2) Por otro lado la canción más antigua conocida se encontró también en Ur y se remonta a hace unos 4000 años, escrita en cuneiforme fue descifrada por la profesora de la Universidad de Berkeley Anne Draffkorn Kilmer.
La cultura egipcia dejó también muestra del tipo de instrumentos que con mayor frecuencia utilizaban ya fuera en sus actividades religiosas, sociales y/o populares, lo que demuestra su temprana existencia. Así encontramos imágenes de arpas en algunas tumbas como las de la dinastía 18, en las vemos un grupo de jóvenes tocando instrumentos mientras otras bailan. (Fig.3) O la arpista que aparece representada en una tumba tebana (Fig.4)
           

( Fig. 4. Arpista. Tebas) ( Fig.5. Arpista. Cicladas)





La cultura desarrollada en la Cicladas ha dejado también muestras del uso de este instrumento: el arpa, ya algunos de sus famosos ídolos aparecen sentados con una apoyada en sus piernas y con sus manos posicionadas para tocar. (Fig.5) Aunque en este caso se trata de un instrumento de menor tamaño que los anteriores y al parecer más manejable.
Los ejemplos citados hasta ahora dejan patente que el arpa es uno de instrumentos más frecuentemente representado en las diferentes culturas, y cabe señalar que en principio es el grupo de los cordófonos entre los que se encuentra el arpa, la lira, las cítaras y e los laúdes uno de los más frecuentes y de aparición más temprana en la historia de la música destacando entre ellos los que el sonido se extrae pulsando de diversas maneras sus cuerdas.
Quizás son los griegos los que nos acercaron más al conocimiento de la música, y los que le dieron el sentido que nos es más próximo o con el que la civilización occidental se encuentra más identificada.
En primer lugar buscaron su sentido mitológico haciendo que fueran sus dioses los creadores de los primeros instrumentos, en el caso que nos ocupa de los cordófonos, Hermes fue el creador de la lira; al parecer siendo muy joven robó al dios Apolo uno de sus rebaños y utilizando el caparazón de una tortuga, la piel y las tripas de una de sus terneras, creo el instrumento musical más famoso de la antigua Grecia; Apolo que descubrió al ladrón acabó por regalarle el rebaño si a cambió Hermes le regalaba la lira que acababa de inventar, pasando ésta a ser el instrumento por excelencia del hijo de Zeuz Y Leto. Pero esto no es más que una historia la realidad es que el propio discurrir de la cultura griega llevaría a sus miembros a crear los instrumentos necesarios con los que dar salida a su inmensa e inagotable creatividad artística.
(Fig. 6. Musa Terpsícore)
En Grecia la música está íntimamente ligada a la literatura, según Zielinski las artes musicales en su primera forma constituyeron un todo denominado <corea>, es decir la unión de la palabra o canto con el sonido o melodía y el movimiento o danza todo ello bajo la dirección de un ritmo común. De manera que las artes musicales se denominan así debido que están bajo la protección de las nueve musas que a la vez se relacionan con diferentes tipos de expresión: Euterpe con la Música o el sonido, Calíope con la Epopeya, Eralo con la Lírica, Melpómene con la Comedia, Talía con la Tragedia, Urania con la Filosofía, Clío con la Historia, Polimnia con la Elocuencia y Terpsícore con la Orquéstica o el movimiento. (Fig.6)
El desarrollo de la música en Grecia tiene dos vertientes los cantos rituales y los cantos de los trabajadores, en cierto modo como la plegaria y el trabajo. El desarrollo de la música no puede desligarse de la trasmisión de sus leyendas o epopeyas, los aedos recorrían el país recitando sus poemas acompañándose de una sencilla phorminx denominación de un instrumento a medio camino entre la lira y la cítara, con el que normalmente se hace referencia todos ellos de forma genérica; que podemos encontrar en numerosas obras de arte y representaciones de la Grecia antigua, algunos ejemplos los tenemos en la reproducción del dibujo de la crátera de figuras rojas que reproduce una especie de muestrario de estos elementos (Fig.7), o el medallón en el que aparece el dios Apolo con una en sus manos (Fig.8); incluso existe alguna reproducción en la que en lugar de este tipo de instrumento aparece un arpa como la crátera de las figuras rojas. (Fig. 9)
 

Fig. 7. Crátera . Liras Griegas) ( Fig. 8. Medallón de Apolo con cítara. 460.a.dc.)




( Fig. 9. Mujer con Arpa. Figuras Rojas)







La lírica impulsada desde las islas jónicas del Egeo fue otro detonante del desarrollo de este tipo de instrumentos, la poesía lírica o mélica potenciada por la poetisa Safo y su compatriota Alceo contribuyó sin duda al progreso de la música; algunos expertos citan a la poetisa como la inventora del plectro, especie de púa que con la que se percuten las cuerdas del instrumento obteniendo diferentes sonidos según la posición y el sentido del roce. (Fig.10)
Los fenicios establecidos en las costas mediterráneas del Oriente Próximo recibieron posiblemente múltiples influencias tanto por los contactos, sobre todo comerciales con los pueblos próximos, como a través de las expediciones colonizadoras que emprendieron a través del mediterráneo, existiendo ejemplos de la existencia de arpas en su cultura como demuestra la imagen seleccionada, un incensario en el que puede observarse una mujer que mantiene una arpa apoya en sus piernas mientras toca alguna melodía. (Fig. 11)


( Fig. 10. Jarrón Sévres. Safo. S.XIX) ( Fig. 11. Incensario Kurión, Fenicio)


La Persia Sasánida fue también heredera de los antiguos pobladores de la zona y cultivó la música utilizando este tipo de instrumentos como podemos apreciar en el mosaico de Bashipur una joven odalisca tañe una lira o el relieve de Taq-e-Bostan en el que un grupo de mujeres arpistas acompañan con su música al rey mientras caza, escena con la que no podemos dejar de asociar la, en cierto modo similar, del yacimiento prehistórico de Laussel en el que un cazador aparece acompañado de tres mujeres, mientras, al menos una de ellas, bien pudiera interpretar algún sonido musical. (Fig.12-13)
( Fig. 12. Mosáico Sasánida de Bashipur) ( Fig. 13.Relieve Taq-e- Bostán.)



La cultura etrusca desarrollada en la península itálica también nos ha dejado alguna muestra de su actividad musical, una pintura de las tumbas de Tarquinia, nos permite observar un arpista tañendo la lira. Y Naturalmente el desarrollo de la música en la cultura romana, en muchos sentidos heredera de la griega, adquirió gran auge aunque los instrumentos que utilizaron fueran básicamente los mismos, pero durante el imperio romano la música fue adquiriendo un sentido propio e individualizándose de la carga literaria y religiosa anterior, adquiriendo un sentido más lúdico. Algunos ejemplos de este tipo de instrumento los tenemos en algunas de sus pinturas: la de la villa de Boscorreale en la que podemos ver una mujer sentada con un arpa en sus manos y la que nos muestra al centauro Quirón enseñando a Aquiles el uso de la lira. (Fig. 14-15)



( Fig. 14. Villa Boscorreale. Mujer con cítara) ( Fig. 15. Quirón enseña a Apolo el uso de la Lira)




Como vemos las Bellas Artes nos dejan a lo largo de la Historia una buena muestra del desarrollo de los instrumentos musicales ya que muchos de ellos están presentes en ellas aunque, no sólo será esto, sino que iremos viendo cómo a lo largo de la historia los artistas creadores de los instrumentos pondrán en su trabajo todo su arte, ya hemos visto algún adelanto con los ejemplos de las liras de caja de Ur, pero iremos viendo cómo las pintura, la escultura y el diseño estarán presentes en ellos, además de ir avanzando en su calidad técnica para conseguir que los instrumentos sean cada vez más perfectos y capaces de conseguir sonidos adecuados a las necesidades de las exigencias de los compositores e intérpretes que serán cada vez mayores.

No comments:

Post a Comment