Escuchamos la palabra colesterol como si fuera un veneno que nos provoca terror.
¿Y no lo es?
El colesterol es indispensable para nuestro organismo. Se encuentra en la sangre, los tejidos y en todos los líquidos de nuestro cuerpo. Contribuye a la elaboración de la bilis, las hormonas sexuales, la vitamina D…El 75% del colesterol se sintetiza en el hígado.
Los médicos hablan de dos tipos de colesterol…
El colesterol circula por la sangre a través de dos medios de transporte diferentes. El colesterol malo usa las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y la consistencia de este colesterol “malo” es como la de un chicle. El problema es que se pega de las arterias y se oxida creando otras sustancias tóxicas al cuerpo. El bueno utiliza las de alta densidad (HDL), es duro, no se oxida y no se pega. De hecho, es este colesterol “bueno”, el que saca del cuerpo al colesterol “malo”, LDL. Considere que el colesterol “bueno”, HDL, tiene la consistencia dura de una bola de billar.
¿Bueno y malo suena a clasificación simplista? Me recuerda a las series de televisión de sobremesa
Es cierto que hay algo bueno en el malo y algo malo en el bueno. Pero es una simplificación que resulta muy práctica.
¿Cuál es la diferencia entre ellos?
Las LDL transportan el colesterol del hígado hacia los tejidos. Todos los tejidos necesitan colesterol para su formación y mantenimiento: los nervios, músculos, piel, etc. Pero si hay un exceso de colesterol las células no lo captan y se acumula en nuestras arterias y las obstruye.
¿Por qué decimos que este colesterol se comporta como el cemento?
Porque es el material de construcción que utilizan todas las células para su construcción y reparación (excepto las de los huesos). Es, como el cemento en la construcción de las casas, muy necesario, pero si toneladas de cemento se acumulan en las carreteras, se pega al lugar en donde esté, esperando ser utilizado y así, se obstruye la circulación.
Entonces, ¿cuándo el cuerpo detecta daños, una ruina, es cuando sube el nivel de colesterol?
Sí, pues el cuerpo lo usa para tapar defectos o rotos en áreas donde hay células dañadas. Por este motivo a las personas con cáncer les sube el colesterol. El cáncer causa mucha destrucción celular y el cuerpo produce bastante más colesterol de lo usual para poder “reparar” las células que el cáncer ha estado destruyendo.
¿Qué genera esta obstrucción?
Está implicado en los infartos de miocardio, enfermedades cardiovasculares, glaucoma, hipertensión, parálisis, etc. Pero se puede eliminar con unos hábitos saludables de vida: menos grasa, nada de tabaco, perder peso, etc.
Hablemos del colesterol bueno…
Las HDL transportan el colesterol de los tejidos hacia el hígado, tiene una función totalmente opuesta al LDL. Asegura la limpieza de los vasos y las arterias.
¿A qué puede deberse que en mi familia el colesterol malo tenga unas elevadas concentraciones?
Tal vez, a riesgo de equivocarnos, puede que haya una tendencia a un autocontrol excesivo. Se vive en un ambiente de desconfianza,nos percibimos como dañados o atacados y donde abrirse para recibir se ve como algo peligroso. Puede que en este linaje se considere la vida como una lucha constante, con poco tiempo para la relajación y el disfrute.
¿Qué otras cosas pueden señalarse a nivel psicogenealógico?
Una falta de protección en la infancia, donde el individuo no se sintió amado ni tampoco seguro. Eso puede provocar en la actualidad que tengamos miedo a que nos falte o a perder algo. Un miedo que conduce a un consumo desmedido de grasas o a producir, por nosotros mismos, un exceso de éstas para procurarnos mayor seguridad. Como podemos comprender, la acumulación de colesterol en las paredes arteriales hace que la vida sea menos móvil, menos ligera y perdemos la alegría de vivir.
¿Qué hago?
Aprender a confiar en los demás y en nosotros mismos, y a relajarnos, dejando el estrés y las exigencias excesivas, hay tiempo para hacer todo lo que queramos sin ser esclavos del reloj. Olvidemos la excesiva planificación que nos genera ansiedad y avancemos sin tantas corazas por la vida.
También serían muy interesantes unas recomendaciones en el plano de la alimentación
-Reducir el consumo de carbohidratos refinados: el consumo excesivo de los carbohidratos refinados provoca una alta producción de insulina también le va a subir el colesterol. Para poder construir nuevas células de grasa el cuerpo necesita mucho nuevo colesterol. Es por eso que mientras usted esté poco a poco engordando el colesterol seguirá subiendo y subiendo en su disponibilidad dentro del cuerpo.
-Comer frutas, soja y verduras ricas en fibras. No olvidar la vitamina C, presente en los cítricos ni tampoco la vitamina E que podemos encontrar en los frutos secos y en el aceite de oliva. Es bueno el pescado: salmón, caballa, sardina…
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