Seguramente
comes setas, las recoges probablemente y, desde luego, las conoces. Pero lo que tal vez no sepas es que muchas
de ellas almacenan mundos poderosos y sanadores que ahora podrás descubrir. Desde hace años son estudiadas en la comunidad médica y
científica por sus extraordinarios beneficios para la salud, pueden alargar la vida y refuerzan poderosamente el sistema inmunológico,
sirviendo de eficiente ayuda en tratamientos contra el cáncer, el colesterol, la hipertensión
o la diabetes (y son sólo algunos ejemplos)
Vamos
a ofrecerte aquí un paseo entre setas. Una forma de ingerir salud directamente de los árboles y
de la tierra.
Pequeñas
de tamaño pero indudablemente grandes.
Que lo más es menos, ellas te lo demuestran.
SHIITAKE Y REISHI: DOS REINAS
Viajamos
a Asia. La medicina tradicional oriental utiliza las setas desde hace miles de
años. Conoce de sobra sus propiedades casi milagrosas y la aportación de
proteínas, minerales, vitaminas y enzimas que regalan a nuestro organismo.
Publicaciones como
‘Discovery Salud’ han sacado a la luz
extensos y detallados artículos haciéndose eco de este saber milenario,
destacando la capacidad de un buen número de variedades para combatir “una gran gama de afecciones, lo que las
convierte en un gran remedio terapéutico”.
Vamos
a referirnos, sin embargo, más directamente al trabajo científico realizado por
el
Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York. Sus investigaciones nos llevan a detenernos en dos
setas con mayúsculas con extraordinarias propiedades. Te presentamos al
shiitake y el reishi. Maravillas de la naturaleza.
El SHIITAKE, o Lentinula edodes, es también conocida como la “seta de la larga vida” o el “elixir de la
vida”. Te preguntarás por qué. Su potente
combinación de proteínas, lípidos, ácidos esenciales, minerales y electrolitos
(potasio, calcio, magnesio, manganeso, hierro, cobre y zinc) la convierten en
complemento útil para la “prevención y el tratamiento coadyuvante” en el cáncer
de colon, próstata y leucemia, la hipertensión y los niveles altos de
colesterol. Afrodisíaco natural, el shiitake es
muy utilizado en aplicaciones terapéuticas en China, Japón y Taiwán. Seta
poderosa que se
cultiva sobre maderas de castaño y roble, tiene una ‘hermana’ más poderosa aún. Ésta:
El REISHI, o Ganoderma lucidum, recibe el nombre de “seta de la inmortalidad”. Un paso cualitativo más allá al de su familiar cercano,
la “seta de la larga vida”. El Reishi se cultiva,igualmente, sobre maderas
nobles y fue llamado antaño el “hongo de los reyes” por estar restringido exclusivamente a los emperadores. Los únicos que, al parecer, podían disfrutar de la vida
eterna.
Las investigaciones del Sloan-Kettering Cancer Center de
Nueva York subrayan sus propiedades como “estimulador inmunológico en casos de
VIH y cáncer. Demostró -añaden- capacidad antioxidante
y de antiagregación plaquetaria”. Recomendada en estos estudios médicos y
científicos, además, para combatir la fatiga, el colesterol alto, la
hipertensión, las infecciones virales y como indudable refuerzo de nuestro sistema
inmunológico y alimento que aporta energía y vigor.
Los
emperadores sabían lo que hacían.
DE LA CABEZA A LOS PIES
Junto
a las dos más poderosas, te invitamos ahora a recorrer los caminos de este otro
par de modalidades. Sus nombres casi exóticos refuerzan su perfil sanador.
Estamos
hablando de la Cola
de Pavo y la Melena de León.
Sí: estás leyendo bien. Hongos de poder ‘animal’.
La COLA DE PAVO, o Coriolus versicolor, puede presumir (y pavonearse) de que las
investigaciones médicas (además de las señaladas anteriormente, otras como las
del Anderson
Cancer Center de Houston)
avalan su poder ‘mejorador’ de la “ratio supervivencia en casos de cánceres gástricos y
colorectales”. Que funciona muy bien para paliar los efectos secundarios de la
quimioterapia y en la prevención y tratamiento de la hepatitis C, el herpes, la fibromialgia y la fatiga crónica. Su
efecto antioxidante y vigorizante es otro valor más destacado.
Y en
cuanto al nombre, queda clara su procedencia al ver esta seta en libertad. Es
una acertada comparación con el otro original con plumas.
La MELENA DE LEÓN, o Hericium erinaceus, centra la mayor parte de su poder en ayudar al estómago
y los intestinos. Ahí está su fuerte y ahí emite sus mejores ‘rugidos’. Es un hongo regenerador de las mucosas
gástricas e intestinales y es utilizado en tratamientos de gastritis, úlcera,
colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn. Pero, además, ayuda a detener la degeneración neuronal
por “senilidad” y la “degradación neurológica en secuelas de accidentes
vasculares del cerebro”.
Este
‘rey de la selva’ micológica aparenta la cabellera de su primo de la sabana
africana. Crece en las maderas duras, especialmente en la de haya americana; no
obstante, es la medicina china la que primero descubrió sus propiedades. Ahí, en China, se le llama “hongo cabeza de
mono”; en Japón es el “hongo de la montaña escondida”.
Como
sus primos y hermanos de esta aventura micológica, hongo que ya no se esconde y
que regala todas sus propiedades al mundo.
Medicina
de la tierra y de los árboles.
Sanación natural, generosa y efectiva que no falla. Que
está siempre dispuesta.
Al
natural o en herbolario… y comprimidos. Tú eliges la que tengas más cerca.
By:Celia
Ipunto,
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