Wednesday, August 12, 2015

Historia de la Universidad de Stanford: leyenda, ‘meme’ y realidad


Familia Stanford (vía stanford.edu)
Familia Stanford (vía stanford.edu)

Leland Stanford y su mujer Jane fueron los fundadores, el 1 de octubre de 1891, de la hoy prestigiosa Universidad de Stanford. Alrededor de esta sucinta información han corrido ríos de tinta mecanográfica, y de tinta china también. La creación de la Universidad de Stanford tiene tanto de leyenda, como tan poco de realidad, que la fábula supera a la verdad en más de una ocasión. Y es que nos gustan tanto los bulos románticos que no se ajustan a la objetividad, que daríamos un brazo porque aquello que nos han contando fuera lo que pasó. Pero no, I’m sorry.  
Comencemos por lo que no es verdad, sino mito. Una mujer y su esposo, vestidos ambos con trajes de algodón barato, bajaron del tren un día de 1891 en Boston, Massachusetts. Caminaron lentamente hacia la Universidad de Harvard (en Cambridge), con la intención de hablar con su presidente.    
Al llegar, la secretaria de dirección les comentó que aquello era una misión imposible, quesu jefe no recibía a cualquier persona que en la puerta se presentara y que tenía menos tiempo que perder que el necesario. Pero aquella respuestano desanimó a la pareja, que contestaron que se quedarían allí sentados, sin prisa, hasta que el hombre pudiera recibirlos.   
La pretendida arrogancia del matrimonio intimidó a la muchacha que, después de comprobar que las personas no tenían intención alguna de marcharse,decidió hablar con su superior. Hay ahí un par de pordioseros que desean parlamentar con usted, alguien que no merece su tiempo, pero es que no se van ni con agua hirviendo. Tal vez, si conversa usted con ellos unos minutos y les agrada, entonces, y sólo entonces,es posible que abandonen el campusy se vayan contentos. El presidente, con mohín adusto, asintió y aceptó recibir a los mendigos.     
Jane Stanford se dirigió al importante hombre, comentándole su propósito de ellos. El caso es queteníamos un hijo estudiando en esta universidad, pero lamentablemente murió hace unos días en un accidente. Él amaba Harvard, y mi esposo y yodesearíamos levantar algo en su memoriaen algún lugar del campus, si es posible.     
El director de la universidad recorrió con sus ojos a aquella pareja y esbozó una taimada sonrisa.No me interesa en absoluto, señora. No podemos erigir una estatua por cada persona que haya estudiado en Harvard y posteriormente haya fallecido. Leland Stanford, el marido, le comunicó a su interlocutor que su intención no era la de levantar una estatua, lo que ellos deseaban eradonar un edificioal centro que llevara el nombre de su hijo, honrando así su memoria.     
¿Un edificio? ¿Tienen la más remota idea de cuánto cuesta un edificio? Nosotros hemos invertido hasta ahoramás de siete millones y medio de dólaresen la construcción de todos los edificios que componen la universidad.    
Los extraños visitantes quedaron en silencio, intercambiaron miradas durante unos segundos y exhalaron un pequeño suspiro al unísono. ¿Siete millones y medio de dólares?¿Tan poco cuesta iniciar una universidad? No se preocupe, señor presidente, ya no robaremos más de su precioso tiempo.Levantaremos una universidad nueva en memoria de nuestro difunto hijo. Y abandonaron el lugar dejando al hombre en un estado de confusión y desconcierto.   
Esta es la leyenda que, con la ayuda de Internet,se convirtió en memey viajó de correo electrónico en correo electrónico en forma dePPS. Varios blog y páginas web lo recogieron en su haber, difundiendo la falsa noticia a una velocidad de vértigo.      
Sin embargo,la realidad es mucho menos sensiblera. La verdad es que Leland Stanford era, en 1876,gobernador de California. En aquella época compró 650 hectáreas de terreno con el fin de construir una enorme granja de caballos, a la que llamaríaPalo Alto Stock Farm. Más tarde adquirió las propiedades colindantes, llegando a juntarmás de 8.000 hectáreasen total. La pequeña ciudad que iba emergiendo tomó el nombre dePalo Altopor cuenta de una gran secuoya que había en la zona, junto alarroyo de San Francisquito.          
Leland Stanford se crió y estudió derecho en Nueva York para, posteriormente, mudarse al oeste del paísllamado por lafiebre del oro. Como muchos de sus contemporáneos ricos,hizo su fortuna en el mundo de los ferrocarriles. Era el líder del Partido Republicano, gobernador de California y, más tarde, senador de los EE. UU. Él y su mujer, Jane, tuvieron un hijo, Leland Stanford Junior, quemurió de fiebre tifoidea con quince años, en 1884, cuando la familia estaba de viaje por Italia. Pocas semanas después de su muerte, los Stanford decidieron que, debido a que ya no podían hacer nada por su propio hijo, “los hijos de Californiaserán nuestros hijos“. Y rápidamente se dispusieron a encontrar una manera duradera para recordar y honrar la memoria a su amado y difunto retoño.       
Universidad de Stanford
Universidad de Stanford
Barajaron varias posibilidades, como un museo o una escuela técnica, pero al finalse decidieron por una universidaden California (aunque, finalmente, también crearon un museo). Sí que es cierto que visitaron al presidente de la Universidad de Harvard, a la sazón Charles William Eliot, pero fue únicamentepara recibir consejos y recomendaciones a la hora de iniciar el proyecto. La verdad es que estuvieron reunidos también con el director de laUniversidad Cornellde Nueva York, con los responsables delMIT(el Instituto Tecnológico de Massachusetts) y con el director de laUniversidad Johns Hopkins, en Baltimore. De todos ellosse llevaron ideas para fundar su institución, y laUniversidad de Stanfordabrió sus puertasel 1 de octubre de 1891. Realmente, su nombre original es Universidad Leland Stanford Junior.             
Sería interesante estudiarla manera en la que se forma un bulo. Como, de una historia original, nace una leyenda que cautiva a propios y a extraños solapando la verdad y decorando los hechos primigenios. Internet es, además, el medio actualmás propio para la difusión de estas fábulasen forma dememede fenómeno mundial.   

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