La mayoría de los académicos todavía insiste en que el antiguo poblado andino de Machu Picchu, en la vertiente oriental de la cordillera Central, al sur del Perú, fue erigido por los incas de Pachacútec en algún momento entre el 1438 y 1471 d.C.; sin embargo, las fotos que mostramos a continuación parecen sugerir una historia diferente.
El muro en primer plano (en la imagen de arriba) muestra una obra de arte de la albañilería, con cada bloque de granito cortado y encajado a la perfección. Por el otro lado, en el fondo de la imagen, cerca de la mujer que camina por el lugar, observamos un muro de calidad muy inferior. ¿Pudieron ambos trabajos ser hechos en la misma época? Difícilmente.
En esta otra imagen, la roca en la parte superior derecha es claramente el resultado de una tecnología de alta precisión, y parece fuera de lugar en esta pequeña sección del muro. Los incas de la Edad de Bronce habrían admirado el trabajo de alguien más y agregado posteriormente su parte intentando, infructuosamente, imitar la perfección de los cortes y formas.
Y arriba de estas líneas tenemos otro ejemplo contundente de al menos dos niveles diferentes de tecnología en Machu Picchu. A la derecha observamos paredes con rocas apiladas toscamente con argamasa, una obra de los incas que se contrapone con lo que vemos a la izquierda, un muro con rocas enormes de múltiples lados, que se levanta tal como si fuera un sublime rompecabezas pétreo.
En esta foto, quien escribe este artículo está parado frente a la perfección materializada. Cada roca tiene una forma y tamaño diferente, y encaja milimétricamente con la otra sin necesidad de ninguna argamasa. Incluso hoy en día los canteros que visitan Machu Picchu no pueden explicarse cómo hicieron los antiguos andinos para lograr tan hercúlea hazaña.
Por último, la parte superior del muro a la derecha se distingue por su baja calidad en comparación con el resto. Como si los incas se hubieran olvidado de —o directamente no supieran sobre— las técnicas que permitieron el sublime trabajo en el resto de la construcción. Todo esto nos dice —o nos grita— que los ancestrales incas descubrieron una obra de arquitectura e ingeniería increíble y la aprovecharon para construir sobre y a su alrededor.
Pero entonces, ¿quiénes construyeron esos muros perfectos y qué tecnología perdida utilizaron para ello? El siguiente artículo intenta descifrar el misterio: El enigma de las piedras de plastilina precolombinas.
Por Brien Foerster
MysteryPlanet.com.ar
El muro en primer plano (en la imagen de arriba) muestra una obra de arte de la albañilería, con cada bloque de granito cortado y encajado a la perfección. Por el otro lado, en el fondo de la imagen, cerca de la mujer que camina por el lugar, observamos un muro de calidad muy inferior. ¿Pudieron ambos trabajos ser hechos en la misma época? Difícilmente.
En esta otra imagen, la roca en la parte superior derecha es claramente el resultado de una tecnología de alta precisión, y parece fuera de lugar en esta pequeña sección del muro. Los incas de la Edad de Bronce habrían admirado el trabajo de alguien más y agregado posteriormente su parte intentando, infructuosamente, imitar la perfección de los cortes y formas.
Y arriba de estas líneas tenemos otro ejemplo contundente de al menos dos niveles diferentes de tecnología en Machu Picchu. A la derecha observamos paredes con rocas apiladas toscamente con argamasa, una obra de los incas que se contrapone con lo que vemos a la izquierda, un muro con rocas enormes de múltiples lados, que se levanta tal como si fuera un sublime rompecabezas pétreo.
En esta foto, quien escribe este artículo está parado frente a la perfección materializada. Cada roca tiene una forma y tamaño diferente, y encaja milimétricamente con la otra sin necesidad de ninguna argamasa. Incluso hoy en día los canteros que visitan Machu Picchu no pueden explicarse cómo hicieron los antiguos andinos para lograr tan hercúlea hazaña.
Por último, la parte superior del muro a la derecha se distingue por su baja calidad en comparación con el resto. Como si los incas se hubieran olvidado de —o directamente no supieran sobre— las técnicas que permitieron el sublime trabajo en el resto de la construcción. Todo esto nos dice —o nos grita— que los ancestrales incas descubrieron una obra de arquitectura e ingeniería increíble y la aprovecharon para construir sobre y a su alrededor.
Pero entonces, ¿quiénes construyeron esos muros perfectos y qué tecnología perdida utilizaron para ello? El siguiente artículo intenta descifrar el misterio: El enigma de las piedras de plastilina precolombinas.
Por Brien Foerster
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