Un templo en un marco diferente, hecho con materiales únicos. Un templo único que se alza en las minas de sal de Zipaquirá, en la Sabana de Bogotá, Colombia. Se trata de la Catedral de Sal que, además de un centro religioso y de peregrinación, es un atractivo más de todos los que ofrece aquel país.
Ubicado a 48 kilómetros de la capital, puede arribarse al Parque de la Sal, sitio en el que se encuentra la catedral, a bordo de un tren turístico desde el cual podrá apreciarse el camino. En tanto, quienes deseen llegar más rápido podrán hacerlo en coche.
Una vez dentro del parque los visitantes podrán disfrutar de un espacio de 32 hectáreas enteramente dedicado a la minería y, en particular, a la sal. Ideal para saber un poco más sobre el tema de una forma diferente.
Pero claro que, sin dudas, es la Catedral de Sal el principal atractivo de este sitio. Un templo subterráneo que contó con una primera construcción inaugurada en 1954 y que dejó de funcionar hacia 1992.
Por su parte, la Catedral actual comenzó a construirse en 1991 luego de un concurso de diseños en el que resultó elegido el proyecto del arquitecto Roswell Garavito Pearl, proyecto convertido en realidad y que abrió sus puertas en 1995.
Un sitio que hace que a cada paso y hasta llegar al templo se pierda la noción del tiempo, no se escuche sonido alguno y todo se ilumine gracias a una tenue luz. Un lugar misterioso, sobrecogedor, impactante.
Así, la Catedral de Sal de Zipaquirá se divide en tres secciones principales. La primera es el Deambulatorio o Vía Crucis cuyas estaciones, que consisten en pequeños altares tallados en roca de sal, se posicionan a lo largo del túnel que va desde la entrada hasta la cúpula.
La segunda sección, en tanto, es precisamente la Cúpula, junto a la rampa de descenso y a los balcones. Así, desde la cúpula puede apreciarse una cruz de grandes dimensiones y, desde allí, los visitantes podrán llegar hasta los balcones, el coro y las escaleras del laberinto del atrio.
Y, por último, la tercera sección se encuentra conformada por las naves de la Catedral en la que pueden apreciarse diferentes y muy atractivos objetos artísticos entre los que se destacan esculturas hechas en sal y en mármol. Allí mismo también se alza la cruz de 16 metros de alto y unas enormes columnas. Cabe destacar que cada detalle de la catedral tiene un fuerte simbolismo religioso y nada está librado al azar.
Una experiencia que mezclan lo místico, lo religioso, lo cultural y la aventura de adentrarse en las profundidades rodeados de sal, lejos de todo, aislados de todos.
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