VER EL VÍDEO: LA ENFERMEDAD, LA VEJEZ....
El sufrimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte que todos la damos como un hecho, no son nada normales y por el contrario están condicionadas por un sinnúmero de programas, externos e internos, por una parte impuestos ancestralmente y por otra, asimilados y consentidos por el ser.
Dado que no somos victimas de nada ni de nadie, esto es bueno subrayarlo, ya que gozamos de libre albedrío. Sería bueno y saludable ir más allá, cuestionarse estas calamidades, replantearse en serio las causas y orígenes de estas precariedades de la raza humana.
DEBEMOS Y ES EL MOMENTO DE APRENDER A OBSERVAR EL DRAMA Y METER EL DEDO EN LA LLAGA CON VALENTÍA.
Muchos pasan por esos procesos y lo dan como una verdad insoslayable, se afirman y se resignan en esas creencias ancestrales, de enfermar, sufrir un poco en esta vida, envejecer y luego morir, pero estas experiencias no son más que patrones heredados de otras vidas y arrastradas así de generación en generación, de reencarnación en reencarnación.
El siguiente artículo es tan solo mi investigación y no es la verdad total y mucho menos absoluta, tan solo ofrecerá una panorámica, un impulso y propuestas para mover y expandir las conciencias.
Puede que no estés de acuerdo, puede que digas: "A la mierda con todo este rollo"
Me da igual, creo que si has llegado hasta este punto, no es por casualidad, si estás en este Blog y/o escuchando el vídeo es para que quizás lo juzgues, como bueno o malo y así nazca en ti la inquietud, la duda y el replantearse nuevos retos, buscar quizás una nueva y propia filosofía de vida, no la de otros implantadas, no la mía, sino la tuya, la cual será tu verdad que te hará libre.
La frase famosa de: "SÉ FELIZ", no es por casualidad y por ahí creo van los tiros.
Los trabajos sobre la felicidad del profesor Richard J. Davidson, del Laboratorio de Neurociencia Afectiva de la Universidad de Wisconsin, se basan en el descubrimiento de que el cerebro es un órgano en constante evolución y, por lo tanto, moldeable, «la plasticidad de la mente», en palabras del científico estadounidense, cuyo estudio es el quinto más consultado por la comunidad investigadora internacional.
Los científicos han logrado probar que la corteza cerebral izquierda concentra las sensaciones placenteras, mientras el lado derecho recoge aquellas que motivan depresión, ansiedad o miedo.
«La relación entre el córtex izquierdo y el derecho del cerebro puede ser medida y la relación entre ambas sirve para representar el temperamento de una persona», asegura Ricard, que durante sus resonancias magnéticas mostró una actividad inusual en su lado izquierdo.
Los neurocientíficos no creen que sea casualidad que durante los estudios llevados a cabo por Davidson los mayores registros de felicidad fueran detectados siempre en monjes budistas que practican la meditación diariamente. Ricard lo explica en la capacidad de los religiosos de explotar esa «plasticidad cerebral» para alejar los pensamientos negativos y concentrarse sólo en los positivos. La idea detrás de ese concepto es que la felicidad es algo que se puede aprender, desarrollar, entrenar, mantener en forma y alcanzar definitivamente.
Matthieu Ricard ve en resultados como éste la prueba de que cualquiera, no importa las desgracias que haya vivido, puede alcanzar la felicidad si cambia el chip mental que a menudo nos hace detener en los aspectos negativos de la existencia...
Venimos a estos cuerpos físicos y deberíamos tener el poder para controlar los impulsos y saber moldear nuestros sistemas emocionales.
La frase famosa de: "SÉ FELIZ", no es por casualidad y por ahí creo van los tiros.
Los trabajos sobre la felicidad del profesor Richard J. Davidson, del Laboratorio de Neurociencia Afectiva de la Universidad de Wisconsin, se basan en el descubrimiento de que el cerebro es un órgano en constante evolución y, por lo tanto, moldeable, «la plasticidad de la mente», en palabras del científico estadounidense, cuyo estudio es el quinto más consultado por la comunidad investigadora internacional.
Los científicos han logrado probar que la corteza cerebral izquierda concentra las sensaciones placenteras, mientras el lado derecho recoge aquellas que motivan depresión, ansiedad o miedo.
«La relación entre el córtex izquierdo y el derecho del cerebro puede ser medida y la relación entre ambas sirve para representar el temperamento de una persona», asegura Ricard, que durante sus resonancias magnéticas mostró una actividad inusual en su lado izquierdo.
Los neurocientíficos no creen que sea casualidad que durante los estudios llevados a cabo por Davidson los mayores registros de felicidad fueran detectados siempre en monjes budistas que practican la meditación diariamente. Ricard lo explica en la capacidad de los religiosos de explotar esa «plasticidad cerebral» para alejar los pensamientos negativos y concentrarse sólo en los positivos. La idea detrás de ese concepto es que la felicidad es algo que se puede aprender, desarrollar, entrenar, mantener en forma y alcanzar definitivamente.
Matthieu Ricard ve en resultados como éste la prueba de que cualquiera, no importa las desgracias que haya vivido, puede alcanzar la felicidad si cambia el chip mental que a menudo nos hace detener en los aspectos negativos de la existencia...
Realmente maravilloso, sensacional y muy valioso: me quedó científicamente demostrado y probado que YO PUEDO GENERAR MI PROPIA FELICIDAD y que la infelicidad que eventualmente siento también la genero yo.
Ver más en: https://elmundoenvejece.wordpress.com/2013/08/17/estudio-cerebro-budista-increible/
Ver más en: https://elmundoenvejece.wordpress.com/2013/08/17/estudio-cerebro-budista-increible/
Venimos a estos cuerpos físicos y deberíamos tener el poder para controlar los impulsos y saber moldear nuestros sistemas emocionales.
Los seres humanos en sus orígenes existíamos en un dominio legítimo y podíamos comprender muchas realidades, poseíamos la habilidad de ser multidimensionales, de ser iguales a los dioses. Ahora estamos empezando a despertar esta identidad en nuestro interior.
Porque todo parece indicar que ya desde los orígenes la raza humana fue sometida a un sin número de experimentos y manipulaciones genética.
(Ver historia de las Tablillas Sumerias) |
Según las tablillas Sumerias, una manipulación biogenética tuvo lugar y hubo mucha destrucción y la base de datos fue dispersada, pero no destruida.
En una época, nuestro ADN estuvo intacto. Era como una hermosa biblioteca donde la información estaba toda catalogada y se podía encontrar cualquier cosa en un instante.
Cuando tuvo lugar una alteración biogenética para desconectar la información, fue como si alguien hubiera escondido el sistema de referencias y hubiera sacado todos los libros de las estanterías y los hubiera apilado en el suelo, para crear desorden. Así fue como nuestro ADN fue dispersado y mezclado por los invasores hace mucho tiempo.
Toda la información genética fue dispersada; fue desordenada, pero la dejaron dentro de las células. La única información que quedó para que pudiéramos funcionar fue la doble hélice.
Gran parte de la base de datos a lo largo de la doble hélice fue cerrada, de manera que empezamos a trabajar con muy poca información. Eramos muy fáciles de manipular y controlar por lo que es de suponer que luego estos manipuladores, se hicieron pasar por nuestros creadores originales y no es así.
Desorganizaron la frecuencia de información de nosotros los humanos, cambiando el ADN, dejándolo solo con la doble hélice de doce que teníamos en un principio, para que así permaneciéramos en la ignorancia.
Nuestro acceso a códigos más elevados fue cerrado con el fin de que no pudiéramos hacer girar el dial de nuestra propia radio frecuencia.
Estos llamados falsos "dioses creadores", se dispusieron a alterar así el ADN dentro de nuestro cuerpo humano.
Por ejemplo: Lo ilustro mejor, si nos encierran en una habitación pequeña y no se nos proporciona un sitio donde crecer, no podemos expresarnos. Así a sido durante estos últimos miles de años, nuestro código ha sido forzado a entrar en un ADN muy limitado.
Uno de los aspectos más emocionantes de estar en la Tierra en estos momentos es que se está llevando a cabo una reorganización del ADN. La información diseminada que contiene la historia y la conciencia de la Biblioteca Viviente, se está alineando en estos momentos.
El ADN está evolucionando. Se están formando nuevas hélices o hebras a medida que los filamentos con codificación de luz se van agrupando. La información diseminada se está reuniendo en nuestros cuerpos por medio de energías electromagnéticas.
A medida que esta reordenación y reunificación vayan produciéndose, iremos creando un sistema nervioso más evolucionado que tendrá la capacidad de albergar más información en nuestra consciencia. Se Despertarán muchas células del cerebro que han estado dormidas, y llegaremos a utilizar todo nuestro cuerpo físico en lugar del pequeño porcentaje con el que hemos estado funcionando hasta ahora.
Este cambio, esta conciencia, está afectando a todos los rincones del planeta. De ahí la importancia de conectarse conscientemente con la madre Tierra. Si no son ancladas estas energías se podría crear el caos. Por eso debemos echar raíces.
Nuestros genes son, de hecho, nuestra conexión cósmica.
Los modernos avances en genética se mueven a lo largo de dos rutas paralelas pero interconectadas. Una es la de determinar el genoma humano, la constitución genética total del ser humano; esto implica la lectura de un código que, aunque está escrito con sólo cuatro letras (A-G-C-T, iniciales de los nombres dados a los cuatro ácidos nucleicos que componen todo ADN) está compuesto por innumerables combinaciones de estas cuatro letras, que forman después «palabras», que se combinan en «oraciones» y «párrafos» para, finalmente, hacer todo un «libro de la vida».
El objetivo último de esta búsqueda de la causa, y de ahí de la cura, de las enfermedades y las deficiencias humanas es doble: descubrir tanto los genes que controlan la fisiología del cuerpo como aquellos que controlan las funciones neurológicas del cerebro.
Descubrir los genes que controlan el proceso de envejecimiento, el reloj interno celular del lapso vital (los genes de la longevidad) y los genes que controlan la memoria, el razonamiento y la inteligencia. Los experimentos con ratones de laboratorio, por una parte, y con gemelos humanos, por la otra, y las amplias investigaciones intermedias, indican la existencia de genes y grupos de genes que dan razón de ambos.
LLEVAR UNA VIDA SALUDABLE
"La salud es el deseo común y universal de todos los seres humanos. Por muy acaudalada o poderosa que sea una persona, la salud será siempre su más valiosa posesión. (…) El budismo reconoce a la enfermedad como uno de los sufrimientos básicos que experimenta el ser humano, tal como lo evidencia su inclusión en los cuatro sufrimientos: nacer, envejecer, enfermar y morir. En tanto ambos buscan la forma de liberar a la gente de este sufrimiento, el Budismo y la medicina comparten un objetivo común."
"El vínculo entre la psiquis y la enfermedad, la psiquis y la salud física, es un punto donde convergen el budismo y la medicina. (…) El budismo no es una suerte de espiritualismo o de teoría abstracta. Los budistas de todas las épocas han abordado la realidad de las enfermedades físicas y psicológicas con un enfoque dualista y directo; buscaron mitigar el sufrimiento de las personas, desde las perspectivas budista y médica. Partiendo de esta base, es natural suponer que el budismo dirige su atención, muy especialmente, al ámbito de la vida interior. Y, puesto que en el futuro, según parece, las enfermedades que se originan en el estrés irán en aumento, es de esperar un mayor interés general en la intrincada relación del cuerpo con la psiquis."
"La salud no es sólo ausencia de enfermedad. Es poder desafiarse constantemente; estar en un continuo proceso creativo. Una vida prolífica implica avanzar sin pausa, abrir nuevas perspectivas; ésa es una vida en verdad saludable. Y el nutriente que impulsa a seguir adelante es el poder de un espíritu invencible."
"El budismo es razón. Es natural que utilicemos todos los medios, incluso la medicina, de la manera más provechosa, para proteger nuestra salud. Es un error pensar que nunca nos enfermaremos, sólo porque tenemos fe; hacerlo es, en realidad, una forma de arrogancia. Cuando tenemos algún síntoma preocupante, es correcto y normal que recurramos a un especialista. En realidad, precisamente porque estamos practicando la fe, debemos prestar especial atención a nuestra salud. Como escribió Nichiren Daishonin: ‘Si vive incluso un día más, podrá acumular muchísimos más beneficios. ¡Qué valiosa es, realmente, su vida!’. (Los escritos de Nichiren Daishonin, pág. 1000)."
"El segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, dijo una vez que la gente de hoy tenía dos problemas fundamentales: la confusión entre conocimiento y sabiduría y la confusión entre enfermedad y muerte. Conocimientos y sabiduría no son la misma cosa. Muchos se puede decir acerca de la relación entre ambos. En cuanto al budismo y la ciencia médica, se puede decir, en líneas generales, que la medicina lucha contra la enfermedad poniendo en juego los conocimientos científicos, en tanto que el budismo nos permite desarrollar sabiduría, para que podamos regular nuestro propio ritmo y vigorizar nuestra fuerza vital. Esto contribuye a la eficacia del tratamiento médico y nos ayuda a salir airosos del mal trance, porque activamos los poderes curativos que poseemos naturalmente."
"Sería necio ignorar o negar la contribución de la medicina. De ser así, la fe descendería al nivel del fanatismo. Debemos usar sensatamente los recursos médicos en la lucha contra la enfermedad. El budismo nos da la sabiduría para utilizar la medicina con propiedad. La sabiduría es el ingrediente básico para la salud, para una larga vida y para la felicidad."
"La enfermedad no necesariamente conduce a la muerte. Nichiren Daishonin escribió: ‘De la enfermedad surge la mente que busca el Camino’. Un padecimiento físico puede impulsarnos a examinar nuestra existencia, nuestro estilo de vida. Puede ser un motivador muy importante, ciertamente valioso. Alguien dijo que una persona que nunca ha estado enferma sólo entiende la mitad de la vida."
"La lucha contra la enfermedad nos permite comprender plenamente la vida, tanto en su fase luminosa como en la sombra, y forja en nosotros un espíritu invencible. Yo mismo, desde que era niño, sufrí por mi débil constitución. Tenía tuberculosis y, por esa causa y otras razones, nadie creía que alcanzaría los treinta años. Pero gracias a ello, puedo saber cómo se sienten las personas ante la enfermedad. Esta es la razón por la que cada segundo es para mí un tesoro de valor inapreciable. Y, es lo que me ha llevado a volcar en cada segundo de mi vida, todos mis esfuerzos, sin despreciar ningún instante."
Fuente: http://www.sgi.org/es/budismo/budismo-aplicado/salud/ikeda-una-vida-saludable.html
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