Entras en una habitación con la determinación del que sabe perfectamente a lo que va. De repente, te paras. Un momento... ¿Qué venía yo a hacer aquí? ¡Maldita sea! Si lo acabo de pensar. ¿Cómo se me ha podido olvidar? Si esto te ha pasado alguna vez, no te preocupes. No estás perdiendo la cabeza.
Es inevitable sentir una punzada de terror cuando sufrimos lapsus tan aparentemente importantes, pero lo cierto es que ese tipo de despistes no solo son perfectamente normales, sino que son la prueba de que nuestro cerebro funciona como debe (al menos en términos de atención y memoria). Se deben a algo denominado Efecto Umbral.
El nombre no es casual. Resulta que nuestro cerebro tiene más posibilidades de olvidar lo que estamos haciendo solo por el hecho de cambiar de habitación. A veces también ocurre cuando interrumpimos una idea con otra. Pedimos a otra persona que nos preste atención porque queremos decir algo importante, y cuando vamos a decirlo se nos ha olvidado completamente. El Efecto Umbral haciendo de las suyas de nuevo.
Aunque a menudo asociamos la memoria con la imagen de una especie de disco duro en el que grabamos las cosas como si fueran archivos, lo cierto es que el cerebro no funciona así para nada. En realidad, el interior de nuestra cabeza es más un superordenador que lleva a cabo múltiples tareas al mismo tiempo y balancea la carga de esas tareas en función de los estímulos que le llegan del entorno.
Cuando cambiamos de una estancia a otra, el cerebro tiende a establecer un nuevo marco de experiencias para la memoria. En cierto modo es como si pasara página para apuntar lo que sucede en esa habitación en una hoja limpia del cuaderno. La atención se enfoca en un nuevo escenario y, a resultas de ese salto, a menudo se olvida de alguno de los procesos que teníamos funcionando en ese momento. El fenómeno no depende de la distancia recorrida, sino del hecho de cruzar un umbral para cambiar de habitación, de ahí su nombre.
En 2011, un grupo de investigadores de la Universidad de Notre Dame en Indiana, Estados Unidos, realizó un experimento con 55 estudiantes perfectamente sanos. La primer parte consistía en deambular por la casa virtual de un videojuego llevando objetos dentro de una caja. Cada cierto tiempo se les preguntaba qué objeto estaban llevando. El resultado demostró que, al atravesar umbrales entre estancias, los estudiantes olvidaban lo que estaban cargando con mucha más facilidad. En una segunda parte del estudio recrearon el experimento usando una casa real con idénticos resultados. Cambiar de estancia resetea la atención y el cerebro elige qué objetos a los que estaba prestando atención en ese momento no es necesario recordar en ese momento.
Curiosamente, ningún estudio ha logrado explicar cómo ocurre exactamente el Efecto Umbral, ni como evitar que se produzca. Probablemente utilizar trucos mnemotécnicos ayude, pero se trata de una cuestión de atención, y el cerebro no puede prestar atención a todo, todo el tiempo. [vía Mental Floss]
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