Aunque parece sacado de un cuento mágico, este árbol es real. Nació como un proyecto de un profesor universitario, científico y artista estadounidense llamado Sam Van Aken, que decidió unir distintas especies frutales en una sola. Por eso éste es conocido como el “árbol Frankenstein”.
Además de ser muy bonito, en él crecen ciruelas, cerezas, melocotones y otros frutos, ¡juntos!
Mediante injertos precisos, este profesor de arte de la Universidad de Syracuse logró un árbol que puede producir 40 frutas de hueso o drupas distintas (como ciruelas y melocotones). Para esto fue fundamental el consejo y la guía de otros profesionales, y la ventaja natural de que muchos de estos frutales poseen una estructura cromosómica similar, pudiendo unirse en el mismo árbol madre.
Trabajando con más de 250 variedades de frutas de carozo, Van Aken creó una línea del tiempo determinando cuándo florecía cada una de éstas y comenzó a injertar unas cuantas en las raíces del árbol que utilizó como base.
El primer árbol fue plantado en el 2011 y se pueden encontrar en Arkansas, Kentucky, Maine, Massachusetts, Nueva Jersey, Nueva York y Pensilvania.
Cada uno de estos árboles son verdaderos tesoros de frutas que ya no se encuentran disponibles en el mercado con tanta facilidad. Por eso, además de ser una obra de arte, el proyecto de este profesor se ha vuelto una iniciativa de conservación que, por otra parte, también podría llegar a implicar un ahorro de espacio para las huertas.
Este espécimen tiene la herencia genética de una gran variedad de especies de frutas con hueso. Van Aken ha creado 16 árboles de 40 frutas hasta ahora.
Van Aken tiene árboles que tienen tres años de edad, pero los resultados ya son visualmente impresionantes. Para financiar el proyecto, Van Aken utiliza el dinero de la venta de los árboles, además de una subvención de Creative Capitalm, una institución de arte de concesión para artistas innovadores. Van Aken, dijo que espera utilizar eventualmente el proyecto para crear un archivo enorme de todas las distintas especies frutales.
Mira el siguiente video en donde Van Aken explica cómo surgió este árbol asombroso que puede dar hasta 40 frutos diferentes (subtitulado):
link: https://www.youtube.com/watch?v=t9EuJ9QlikY
Cada ejemplar tarde cinco años en formarse gracias a una técnica llamada “escultura a través de injertos”
Para la realización del proyecto con profundos ribetes artísticos no intervinieron técnicas complejas, componentes químicos ni experimentos de laboratorio. El procedimiento es absolutamente natural. Estos frutales mágicos son hijos de árboles nativos, herencias y frutas de la antigüedad. Su fuente es un huerto de la Estación Agricultural Experiment Station de Nueva York -de más de 150 años-, que fue recuperado por el profesor al enterarse que iba a ser demolido. La razón de este salvataje natural era aprovechar la información genética que permanecía en una huerto de frutas añejas, exóticas y en peligro de extinción que dieron vida posteriormente a este árbol híbrido.
"Quería que el árbol interrumpiera y transformara la cotidianidad", reveló Van Aken. "Cuando el árbol florece inesperadamente en colores diferentes y observás los distintos tipos de fruta colgadas de las ramas, no sólo cambia la forma en que lo ves, sino que cambia la forma en que se perciben las cosas en general", amplió el responsable de una creación sin precedentes, que aspira a alterar los paradigmas modernos.
Su propósito principal es conservar la biodiversidad de las variedades nativas de los Estados Unidos. Considerarlo un proyecto horticultural sería minimizar un proceso creativo, escultural, la manipulación de un material vivo con sentidos conservacionistas y artísticos. Una inspiración que proviene desde la ingenuidad de los más mágicos relatos de ficción.
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