Sunday, July 10, 2016

Observatorio Astronómico Muisca El Infiernito, cerca de Villa de Leiva, Boyacá, Colombia


El Infiernito era un lugar sagrado que ataba el sol y las estrellas a la cotidianidad de los Muiscas: sembrar, labrar, orar dependía de la información que el cielo prometía, todo estaba relacionado con el cosmos, conexión entre el cielo y la tierra.
 
Gerardo Reichel Dolmatoff escribió: “No es casualidad que el 24 de junio —día del solsticio—, el sol, visto desde la hilera de piedras, se levante exactamente sobre la laguna de Iguaque, lugar sagrado donde, según la mitología de los Muiscas, surgió la diosa Bachué, progenitora de los indios de estas comarcas”.


Dos carteles del Parque Arqueológico de Monquirá, resumen la esencia del sitio:

FECUNDIDAD DEL SOL


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El Sol y la Luna, el Fuego y la luz a los ojos de varios pueblos nativos, aparecen provistos de poderes sobrenaturales especiales.
El Sol por ejemplo esta dotado de un poder fecundante tan poderoso que una virgen expuesta desnuda a los rayos solares, aparece preñada.
Hermoso ejemplo de esto es el caso del legendario Cacique de Hunza, Goranchacha, hijo del Sol y de una princesa, hija del Cacique de Guacheta.
El culto a la fecundidad estuvo simbolizado por gigantescas formas Fálicas de piedra tallada, erigidas aquí y allá en los secos y estériles campos de Villa de Leyva.
Estas columnas dispuestas en sucesión regular con espacios que dan paso a la luz y permiten la formación y el movimiento de las sombras, según la dirección temporal del Sol, daban a conocer a los Muiscas el comienzo de las épocas de verano e invierno.
La sombra más corta corresponde al mediodía del primer día de verano, la más larga al mediodía del primer día de invierno.

EL FALO. Símbolo de la Fecundidad


La sacralidad de la sexualidad humana y la preocupación por la fecundidad de los campos aparecen reveladas en estos colosales monolitos tallados. cargados de trascendentes fuerzas y valores espirituales y mágicos por virtud de los cuales tales formas labradas al ser erigidas y consagradas y dejar de ser simples cosas naturales para convertirse en Hierofanía es decir en manifestaciones simbólicas de lo sagrado fueron objeto de cultos y ritos religiosos y mágicos por parte de los muiscas.
El arribo del Sol al Cenit en esta latitud (5º 31' 15'' N) se cumplía y cumple dos veces anualmente, Los nativos pensaban que la desaparición instantanea de la sombra del Sol en estas columnas era señal que el astro luminoso se antropomorfizaba y por medio de ellas descendía a la tierra para fecundarla.
Tan extraordinario matrimonio cósmico se cumplía regularmente en Marzo y Septiembre y era objeto de grandes festivales religiosos y mágicos que con gran pompa litúrgica dirigían los Sacerdotes astronomos Chibchas.


El diseño en general, según los especialistas, muestra el avance astronómico que llevaban nuestros ancestros a la llegada de los conquistadores.
Estos fueron, según la historia, quienes designaron el lugar como “infiernito” debido básicamente a la forma de falo en erección con que fueron talladas las rocas rectangulares de este campo sagrado.

Para nuestros ancestros esta definición de sagrado no sólo era por el culto al sol, punto de contacto con el Cosmos, prácticas y ritos mágicos y religiosos, observación meteorológica y astronómica, pero básicamente porque allí se buscaba alcanzar la acción bienhechora del cosmos y de los espíritus.


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